Nena

Para no olvidar, desde un tiempo encontrado...
R.J.M

Nena tendría que agarrarte de los pelos y arrastrarte hasta las puertas del cielo y que veas que no hay un viejo bueno, esperando para darte consuelo, que tampoco están los amigos que se fueron pisando la orilla del mar en enero.

Todo apuntaba a la cotidianidad habitual, nada extraordinario se había presentado hasta ese momento, entonces pensaban que las cosas son como son y no existe manera de modificar el rumbo que está predestinado y el aburrimiento es una de esas sendas que todos debemos andar.
Y ahí, entre el montón de desconocidos, por esas cosas que no tienen una explicación lógica… dos perfectos desconocidos empezaron a charlar.

Nena que veas que existe, pero que es otro lugar tan triste. Nena que fueras la primera que supiera, que frío puede hacer en primavera y bajemos al infierno tan caliente y tan prohibido y que veas que no es nada divertido.

–Aquí solo conversaciones casuales… pensaba ella.
–Ojalá encuentre alguna chica que no sea una descerebrada se repetía él, hubiera querido pedir un milagro a Dios, pero en definitiva siempre ha negado su existencia y en estas circunstancias era aun más reprochable tal incongruencia anhelante.
Y ahí estaban, en los primeros minutos solo se veían de reojo, ninguno se animaba a iniciar una conversación directa y se escudaban con el desdén direccionado a los comentarios no compartidos.

Nena no te quiero asustar, pero si no es para los dos, ningún lugar te va a gustar...

Un mate en la mano y el rostro adornado con una sonrisa discreta, para no llamar mucho la atención… al menos eso creía él.
Un café concentrado, casi expreso, bien caliente, no importa que pueda quemar La taza siempre le ha dado un aire intelectual y si hay un libro kilométrico en la mano, el cuadro se completa… Ella siempre afirmó que la intelectualidad no debe ocultarse, es más… debe evidenciarse para que se entere el mundo que es una mujer especial.

Nena tendría que agarrarte de los pelos y arrastrarte hasta las puertas del cielo y que veas que no hay un viejo bueno, esperando para darte consuelo.

Los minutos corrían y la manecilla grande, ganaba la carrera a la pequeña y sin pensarlo más, en un acto despiadado… Ella lo miró y acercandose con lentitud, atrapó su mirada con una sonrisa nada discreta y en un fragmento de eternidad le despojó del corazón.
Él quedó herido frente a todos, nadie lo advirtió porque cada uno estaba afanado en la retórica de la pavada.
Triunfante se acercó y pronunció bajito: –¿Quién eres?
Él, con el poco aliento que guardaba susurró: –Tu destino

Nena que fueras la primera que supiera, que frío puede hacer en primavera y bajemos al infierno tan caliente y tan prohibido y que veas que no es nada divertido.

Todo quedó suspendido en ese instante, el tiempo dejó de ser relevante y la relatividad reinó, a su alrededor perdieron importancia: pavadas conversacionales, trabajos pendientes, pagos por hacer, juicios y prejuicios…
Sin advertencia alguna, una bala perdida del destino atravesó el corazón de ella… Al impacto las esquirlas salieron por su boca, y se clavaron en el cuerpo de su destino.
No había otra solución, ambos experimentaron un transplante instantáneo, situación de desquiciados que perdían el corazón. La victimaria fue presa fácil del destino que le salió al paso y ahora el impacto recibido teñía de rojo su pecho.
Él la tomó entre sus brazos, ella sentía la calidez del momento y en un fragmento de segundo el intercambio se completó.
EL Sol matinal los desperto, habían permanecido en el piso, uno al lado del otro, ahora son los felices propietarios de un nuevo corazón, sabían que irían juntos… separarlos es imposible, de intentarlo la vida perdería sentido.
Ella y él, tan distintos y tan iguales, amorosos e iracundos, llenos de fe, intercambian desde entonces el café por un mate.

Nena no te quiero asustar, pero si no es para los dos, ningún lugar te va a gustar...

Nena
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